Sin vueltas y con total sinceridad, Marcela Tinayre habló de la relación que mantiene con su madre, la gran diva de la televisión argentina Mirtha Legrand, y sorprendió a todos al revelar que no piensa volver a sentarse nunca más en la mesa de su mítico programa de televisión. “Pedí que nunca más me inviten”, disparó. También confesó que le hubiera encantado ser vedette.

Durante su estancia en Miami, Tinayre fue invitada al ciclo Circo Beach, un programa semanal de streaming animado por los argentinos Mónica Ayos, Diego Olivera, Maite Peñoñori y Diego Ripoll. La gran revelación llegó luego de que Mónica Ayos resaltara la faceta “disruptiva” de Tinayre. “Toda tu vida tuviste mucha seguridad en vos misma. Por lo menos se te ve así. Sos muy consciente de la vida. Le ves los hilos a todo, y ya no enojada, pero muy convencida de quién sos”, agregó.

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A partir de su reflexión, la actriz le preguntó a su invitada cómo se ha llevado con sus hijos y con su madre a lo largo de la vida. “Vamos por el principio. Como hija yo era muy compañera de mi padre. Es muy normal, ya lo sabemos”, rememoró. “Y con mamá mucho menos. Pero ahora soy como la espada que tiene en la nuca, porque si ella dice algo yo empiezo ´No, no es así´”, explicó, y de inmediato hizo una fuerte revelación: “Yo le pedí que no me invitara más al programa. Que nunca más me inviten al programa porque primero la paso pésimo, y segundo porque me hace preguntas y me quedo mirándola, pensando qué le gustaría que le responda para darle felicidad. Entonces no”, detalló ante la sorpresa de todos.

La conductora de Las rubias explicó que la llaman de la producción de La noche de Mirtha en ocasiones especiales: para el Día de la Madre, para Navidad, Año Nuevo y Día del Padre. “Yo dije ´no me llamen más´. No quiero ir y no voy a ir”. En ese momento, Marcela repasó que en dos oportunidades quedó al frente del programa de su mamá y que en esos momentos sí se divirtió. “Fue la primera vez que alguien comía papas fritas con las manos”, advirtió.

Por último, Marcela contó cómo es su relación con Mirtha hoy. “Con mamá muy bien, bien en la cosa social. Amorosa. Ahora, como es una mujer grande, soy más complaciente”, explicó, aunque ella no sea de la misma forma. “Ella no te perdona una. Este año, que yo decidí no trabajar, cada vez que hablábamos por teléfono la última frase era ´Decime Marcelita, ¿no vas a trabajar?’ Y yo le decía ´Vos entregaste tu vida al público porque siempre lo has dicho. Yo no lo voy a hacer´”. “Me gusta hacer mi trabajo, me gusta tener mi vida privada, me gusta tener mis amores, me gusta salir con mis amigas, emborracharme, divertirme”, reconoció.

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En otro momento de la charla, la conductora hizo otra fuerte revelación. “Yo en el fondo hubiese querido ser vedette”, compartió con algo de desconsuelo. “Me hubiese encantado”, agregó, y recordó con un brillo en los ojos una experiencia puntual que nunca vio la luz, pero que disfrutó como nunca. “Hice una vez una filmación que nunca salió, nunca se vio y ni sé dónde fue a parar, para unos chicos que estudiaban cine. Yo hacía de Lulú la puta, con peluca y todo. Yo era una prostituta divina”, repasó.

“Pero ya eras conocida, ¿o no?”, consultó Peñoñori, sin poder salir de su sorpresa. Luego de confirmar que sí entre risas, Tinayre volvió a hablar de aquel personaje. “Hice de Lulú y me encantaba. Estaba ligado con el can can, con todo eso”. “Yo te hacía más tradicionalista”, observó Diego Olivera. “¿Qué? ¿Me iba a encerrar a escribir literatura?”, apuró Tinayre. “No, estaba revoleando la gamba”, remató.

El 20 de octubre, para el Día de la Madre, Marcela Tinayre hizo uso de sus redes sociales para dedicarle unas tiernas palabras a la Chiqui. “¡Mamacita! La vida te llenó de éxitos, títulos, honores: estoy tan orgullosa de vos, pero lo más lindo es que seas mi mamá. Rosa María, ¡te amo mucho!”, escribió. Para acompañar el mensaje, publicó una serie de fotos entre las que se destaca una en particular: en blanco y negro, Mirtha peina a una Marcela niña en la playa durante un verano en familia.