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¿Cómo crear una rutina de cuidado para la piel?

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Cuidar la piel no debería ser una tarea complicada ni reservada exclusivamente para expertos en belleza. Una rutina adecuada no solo mejora el aspecto de tu piel, sino que también la mantiene saludable a largo plazo. El secreto está en conocer el tipo de piel, elegir productos correctos y ser constante.

A continuación figura el paso a paso para saber cómo crear una rutina de cuidado para la piel que se adapte a las necesidades personales de cada uno.

Conocer el tipo de piel

Antes de comprar cualquier producto o seguir consejos que ves en redes sociales, es fundamental saber qué tipo de piel se tiene.

 Existen cinco tipos principales:

Piel normal: equilibrada, sin exceso de brillo ni zonas resecas.Piel seca: tirante, áspera y con tendencia a descamarse.Piel grasa: con exceso de sebo, brillo y poros dilatados.Piel mixta: combina zonas secas (generalmente mejillas) con zonas grasas (zona T: frente, nariz y mentón).Piel sensible: se irrita con facilidad, presenta enrojecimiento o ardor ante ciertos productos o factores ambientales.

Una vez que se identifique el tipo de piel, se pueden seleccionar los productos específicos que atiendan sus necesidades.

Rutina básica en tres pasos

Aunque existen rutinas muy completas, lo más importante es comenzar por lo básico. Estos tres pasos son fundamentales para todo tipo de piel:

Limpieza

El primer paso es eliminar impurezas, restos de maquillaje, contaminación y sebo. Para ello es necesario utilizar un limpiador suave, sin sulfatos agresivos, que respete el pH natural de la piel.

Si se usa maquillaje, se puede incorporar una limpieza doble: primero un producto oleoso para disolverlo (como un bálsamo o aceite limpiador) y luego un gel o espuma para enjuagar todo.

Es recomendable limpiar el rostro dos veces al día, por la mañana y por la noche.

Hidratación

Muchas personas asocian la hidratación solo con la piel seca, pero en realidad, todos los tipos de piel necesitan hidratación. Esto ayuda a mantener la barrera cutánea saludable, evitar irritaciones y prevenir arrugas prematuras.

Buscar cremas o geles hidratantes con ingredientes como ácido hialurónico, glicerina, aloe vera o ceramidas. La textura del producto puede variar según tu tipo de piel: las pieles secas se benefician con cremas más densas, mientras que las pieles grasas suelen preferir fórmulas ligeras.

Protección solar

Este es el paso más importante de todos. El sol es responsable de gran parte del envejecimiento prematuro, las manchas y, en el peor de los casos, el cáncer de piel. Usar un protector solar de amplio espectro (UVA y UVB) con un FPS de al menos 30, incluso los días nublados o si estás en interiores con exposición a pantallas.

Aplicarlo como último paso de la rutina por la mañana y cada dos horas si se está al aire libre.

Etapas opcionales según las necesidades

Una vez dominada la rutina básica, se puede sumar otros productos que potencien los resultados:

Exfoliación: ayuda a remover células muertas y afinar la textura de la piel. Puede ser física o química. Elegí el tipo y frecuencia según tu piel para evitar irritaciones.Tónicos: no son imprescindibles, pero pueden preparar la piel para absorber mejor los productos posteriores. Algunos tonifican, otros hidratan o calman.Sérums: son productos concentrados con activos específicos como vitamina C niacinamida, o retinol. Se aplican antes de la crema hidratante.Constancia: la clave del éxito

Se pueden tener los mejores productos del mundo, pero si no hay constancia será muy complejo ver resultados.

La piel necesita tiempo para regenerarse y responder a los tratamientos, por lo que es recomendable seguir una rutina al menos durante 4 a 6 semanas antes de evaluar cambios.

Escuchar la piel

Cada piel es única. Lo que le funciona a una persona puede no funcionarle a otra. Aprender a observar señales como enrojecimiento, ardor, granitos o sequedad excesiva, dado que pueden ser signos de que algo en la rutina no es adecuado.

Tampoco es necesario tener una rutina de 10 pasos para tener buenos resultados. Una rutina minimalista, bien elegida y aplicada con regularidad, puede brindar una piel radiante y saludable.

Crear una rutina de cuidado para la piel no es una tarea compleja si se tiene claro el tipo de piel. Conocer la propia piel y adaptar la rutina a sus necesidades, también es una forma de autocuidado.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/como-crear-una-rutina-de-cuidado-para-la-piel-nid26052025/

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