De empleada a dueña a los 26 años en California: la joven que se hizo cargo de un histórico local de inmigrantes
Madison Lindsey-Martínez empezó a trabajar en Piemonte’s Italian Delicatessen al finalizar la secundaria. Nunca imaginó que, en menos de una década, se convertiría en su dueña. Hoy lidera j...
Madison Lindsey-Martínez empezó a trabajar en Piemonte’s Italian Delicatessen al finalizar la secundaria. Nunca imaginó que, en menos de una década, se convertiría en su dueña. Hoy lidera junto a su madre este negocio emblemático de Fresno, California, que con casi un siglo de historia conserva la esencia de sus inicios: recetas tradicionales, platos caseros y un fuerte vínculo con la comunidad.
Piemonte’s Italian Delicatessen: el negocio de una familia migrante que se convirtió en un íconoPiemonte’s abrió sus puertas en los años 1920, de la mano de Lawrence “Gino” Porasso, un migrante del norte de Italia que llegó a Estados Unidos con su familia cuando era adolescente. En sus inicios, funcionó como carnicería y charcutería en el centro de Fresno, pero en los años 60 se trasladó al corazón de Olive Avenue, el barrio más amigable y transitado de la ciudad, destacó SFGate.
Con el tiempo, la familia Porasso convirtió el local en una tienda de delicatessen que atrajo a generaciones de clientes. Sus salchichas especiales, sus lasañas y su famoso sándwich Piemonte se convirtieron en un clásico de la ciudad.
Gino trabajó junto a su esposa Olga y sus hijos Joe y Lawrence Jr., quienes tomaron la posta cuando la pareja se retiró.
En 2001, ellos también dieron un paso al costado y se desprendieron del negocio familiar. Pero no de cualquier modo, lo vendieron a Neil y Nancy Eberwein, una pareja que se comprometió a mantener vivo el legado Porasso y respetar su esencia y tradición. Los nuevos dueños se comprometieron a respetar la historia del local.
Un legado que continúa: madre e hija al frente de Piemonte’sEn enero de 2025, Madison y su madre, Julie Catanzarite, tomaron el mando del local. La joven ya había sido gerente del negocio durante varios años bajo la gestión de los Eberwein, quienes confiaron en ella para continuar con el legado.
“Mi mamá me ayudó a conseguir trabajo aquí”, recordó Madison. “Al principio tenía pocas horas, pero fui ganando experiencia. Les gustó mi ética de trabajo”, explicó.
Julie Catanzarite no es ajena al mundo gastronómico. Tiene más de cuatro décadas de experiencia y dirigió durante 25 años el reconocido Livingstone’s Restaurant & Pub, también en Fresno. Su decisión de retirarse coincidió con la oportunidad de asumir la dirección de Piemonte’s junto a su hija. “Sabía que podíamos lograrlo. En realidad, sabía que ella podía lograrlo”, afirmó.
Recetas tradicionales, preparaciones caseras y una promesaDesde las salchichas hasta la ensalada de papa, todo en Piemonte’s se elabora de modo artesanal. “Elaboramos las salchichas a mano, las enlazamos. Preparamos las albóndigas y la salsa. Todo es casero”, señaló Catanzarite.
Todo se prepara tal como lo hacía la familia Porasso. Madison explicó que esa promesa se mantiene desde que la familia italiana dejó el local en manos de los Eberwein y ahora le toca a ella cumplirla.
No solo es una obligación moral respetar ese deseo. También los clientes lo exigen: prestan atención a cada detalle. “Hoy vino una pareja que pensaba que las cosas serían diferentes. Pero los empleados son los mismos, las recetas también. Se quejan de cualquier cambio, incluso de la lechuga”, señaló.
Sucede que Piemonte’s no es un negocio más: es parte de la memoria colectiva de Fresno. “Todos los días viene alguien y dice: ‘Mis abuelos me trajeron aquí de pequeño y es exactamente igual’. Tengo esas conversaciones a diario”, agregó Catanzarite.
El sándwich Piemonte: la estrella del menú que conquistó a generacionesEl plato estrella del local es el “Piemonte”, un sándwich que combina salame, mortadela, jamón y queso provolone en pan francés. Se venden cientos al día y tiene sus propios seguidores.
Otros destacados son el de pavo con palta y el pastrami caliente, preparado al estilo de Nueva York, que algunos clientes consideran el mejor de toda la ciudad.
“Algunos platos llevan el nombre de los clientes habituales”, explicó Madison. “Esta semana tenemos uno llamado K Dog, que es su apodo, y es el especial de la semana. Lleva pavo horneado con miel, aceite, orégano, queso, pepper jack, pepinillos, tomates y lechuga”, describió.
El éxito del deli no se debe solo a sus sándwiches. Su ambiente cálido y familiar es clave. “A cada cliente que entra, le doy un abrazo. Así soy. Así fue siempre”, concluyó Cataranzite.