La historia de Abdukodir Khusanov, la última debilidad de Guardiola y que llevó a Uzbekistán al Mundial
El debut fue un suplicio, una broma de mal gusto.Hacía cinco días que había sido presentado en Manchester City, la defensa sobrevivía en la enfermería, sólo había actuado en 31 partid...
El debut fue un suplicio, una broma de mal gusto.
Hacía cinco días que había sido presentado en Manchester City, la defensa sobrevivía en la enfermería, sólo había actuado en 31 partidos de primer nivel en Francia y no sabía ni una palabra de inglés.
El 25 de enero pasado, Abdukodir Khusanov salió a la cancha. A punto de cumplir 21 años, el ídolo de los chicos de Uzbekistán -que jugará el primer Mundial de su historia-, se presentó con cierto miedo escénico.
Última debilidad defensiva de Pep Guardiola, el prólogo de su historia en el gigante celeste tuvo una señal de alarma. Como para sentir que la adaptación no iba a ser sencilla en medio de las urgencias que tenía el equipo, de deslucida temporada pasada.
Manchester City se impuso por 3 a 1 sobre el Chelsea de Enzo Fernández, pero el enfoque fue su historia. El defensor por el que los Citizen pagaron 42 millones de dólares exhibió un concierto de nervios y un blooper, que derivó en la apertura del marcador para el conjunto londinense.
Los primeros tres pases habían sido a los rivales y a los tres minutos, en una pelota que llovía desde el otro campo, Khusanov saltó a cabecear con el senegalés Nicolas Jackson: ambos fallaron.
El joven que ese sábado compartió la última línea con el experimentado suizo Manuel Akanji quiso corregir la situación y las cosas empeoraron: se agachó con la intención de hacerle un pase de cabeza hacia atrás a su arquero y generó el gol de Chelsea.
Jackson le robó la pelota, con Akanji y Ederson (el “histórico” arquero de Pep) a mitad de camino, y tocó al medio para que Noni Madueke empujara el balón. Al rato, Khusanov pagó las consecuencias de quedar expuesto en el fondo: se llevó una tarjeta amarilla, obligado a hacer una falta. Apenas iban cuatro minutos.
Más tarde, un par de intervenciones del uzbeko parecieron amigarlo con el público, que le tributó algunos aplausos, luego de los murmullos del inicio. Sin embargo, Guardiola se agarró la cabeza una vez más y tomó una drástica decisión: antes de los 10 minutos del segundo tiempo, optó por reemplazarlo. En su lugar ingresó John Stones, un símbolo del club y el seleccionado inglés.
Lejos de dar indicaciones a sus futbolistas y desentenderse del cambio, Guardiola fue al encuentro de su última incorporación para darle un abrazo antes de que Khusanov se uniera al grupo de suplentes, estrechándole la mano a cada uno. Al borde de las lágrimas.
Nueve meses después, es una de las figuras del City, en la aplastante victoria en el clásico. Un 3-0 sobre Manchester United, con el defensor corrido a la derecha, veloz como siempre y sabueso como nunca.
“Tenemos que jugar cada tres días; ningún ser humano puede hacerlo. Necesitamos de todos, como de Khusanov. Sé que por su físico es muy rápido y cierra muy bien el lado derecho. No perdió demasiados balones, aunque a veces su energía le lleva a tomar decisiones equivocadas”, acepta el DT, que cuando tomó nota de su jerarquía le abrió las puertas del Etihad Stadium de par en par.
“Dicen que es un jugador con potencial: tiene grandes años por delante. Por eso, decidimos traerlo. Tiene cualidades específicas que nosotros no tenemos, estoy bastante seguro de que nos va a ayudar. Es joven y tiene que aprender. Puede jugar como central, por la derecha, lateral derecho y con tres defensores. Diferentes posiciones...”, asumía el catalán, que se siente otra vez en carrera en la Premier League y competitivo para la Champions League.
De todos modos, sabe que la defensa no suele ser el punto fuerte de sus equipos. “No creo que sea sólo el ritmo de Khusanov lo que resolverá nuestros problemas. Nos puede ayudar y, por supuesto, la velocidad es importante. El problema es el balón. No somos un equipo que defienda bien, pero siempre somos mejores con la pelota”, asume.
Hay un video en Youtube que lo describe a la perfección. Corre media cancha, en diagonal, para llegar justo a tiempo para evitar un gol. El argumento es que registra 37 kilómetros por hora durante esa carrera relámpago. Es un velocista, juega como si corriera en los 100 metros llanos.
Apodado como “el tren”, se trata del primer centroasiático en llegar a la Premier League, una inspiración en Uzbekistán, una nación de 37 millones de habitantes, antigua república soviética y bajo un régimen autoritario.
En lugar de instalarse en Rusia o Turquía (algo frecuente para los futbolistas nacidos en su país), Khusanov, envalentonado por su padre Khikmatjon Khoshimov (fue futbolista profesional) y su representante Gairat Khasbiullin, pasó a FC Energetik-BGU, un club de Bielorrusia.
Pasó una temporada y media allí y logró el reconocimiento en el simbólico “equipo de la temporada” de la primera división bielorrusa. Con dificultades económicas, la entidad se desprendió de Khusanov por apenas 100.000 dólares en 2023. Un negocio redondo para Lens, que logró más de 40 millones luego de disfrutarlo por apenas 31 partidos, y convertirse en el primer uzbeko en la primera división francesa.
El jugador que lleva la camiseta número 45 nació en Tashkent, la capital de Uzbekistán y no lleva el apellido de su padre. Toda una curiosidad: los padres pueden cambiarles a sus hijos el apellido en honor a un familiar. El abuelo de Abdukodir se llamaba Khusan, por lo que su padre lo bautizó Khusanov.
En marzo de 2023, Khusanov se convirtió en el líder de la selección juvenil que se consagró en la Copa Asiática Sub 20. Luego, jugó en la Argentina. El Mundial Sub 20 estaba previsto que se desarrollara en Indonesia, pero por problemas políticos se trasladó a nuestro país. Uzbekistán perdió con el equipo conducido por Javier Mascherano por 2 a 1, en Santiago del Estero. Actuó como central en una defensa de tres.
Los ojeadores de clubes europeos disfrutaron tanto de Máximo Perrone (Como), Valentín Carboni (Genoa) y Matías Soulé (Roma) como de Khusanov. En octubre de 2024, fue reconocido como “el mejor jugador joven” de la Ligue 1.
Guiado por su pequeña estrella, Uzbekistán asoma como una de las posibles sorpresas del próximo Mundial. El empate sin goles con Emiratos Arabes Unidos selló la clasificación rumbo a Estados Unidos, México y Canadá.
Los “Lobos blancos” uzbecos, independientes desde 1991 después de la caída de la URSS, participarán en el primer Mundial de su historia. Este logro, que en parte se debe al aumento de 32 a 48 equipos participantes en el torneo, valida el progreso constante de la 55ª selección en el ranking FIFA.
A nivel regional, el logro forma parte de una mejoría global del fútbol en los países de Asia Central, que se destacan tradicionalmente en los deportes de combate. Nuevos estadios, centros de formación y una explosión futbolera juvenil, llevaron a Khusanov a jugar en Manchester City. Un tren imparable, que no se detuvo ni por un blooper en el debut.