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Los supermillonarios pueden terminar con nosotros

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Si para algo sirven los neo supermillonarios de Silicon Valley (léase Zuckerberg, Bezos, Musk, Altman, etc.) es para poner en riesgo la supervivencia de la especie humana. Fuera de eso, y de acumular fortunas vorazmente para sí mismos y a cualquier costo, no sirven para nada. Esta doble conclusión está muy bien documentada y firmemente argumentada en dos libros recientes. Uno es Como dioses entre los hombres: una historia de los ricos en occidente, de Guido Alfani, profesor de Historia Económica de la Universidad Bocconi de Milán. El otro es More Everything Forever (Más de todo para siempre), del astrofísico y doctor en filosofía estadounidense Adam Becker.

Alfani sostiene que, si bien los superricos existieron siempre, y pone como ejemplo a los Medici que fueron dueños y señores de Florencia durante el Renacimiento, nunca tuvieron como hoy la capacidad de influir a nivel global y condicionar con sus decisiones el futuro de la humanidad. Tienen poder sobre la política y no responden a los intereses y necesidades de la sociedad, y ni siquiera a la ley, solo a lo propio. Quizás el mejor ejemplo sea la reciente y bizarra boda de Jeff Bezos en Venecia, una bacanal de varios días, que desoyó de manera cínica el repudio de los venecianos, hartos de la degradación a la que el turismo invasivo y depredador y los caprichos de personajes como Bezos están sometiendo a su ciudad. En ese se podría decir que la boda del capitoste de Amazon fue obscena en el sentido en que el filósofo coreano Byung Chul-Han define a la obscenidad: un choque entre el ojo y lo que ve sin ninguna metáfora, ninguna simbolización, ningún filtro. Todo el narcisismo, la prepotencia, el egoísmo, el exhibicionismo y el mal gusto del superrico al desnudo.

Quizás el mejor ejemplo sea la reciente y bizarra boda de Jeff Bezos en Venecia, una bacanal de varios días, que desoyó de manera cínica el repudio de los venecianos, hartos de la degradación a la que el turismo invasivo y depredador y los caprichos de personajes como Bezos están sometiendo a su ciudad

La creciente brecha de desigualdad global (que algunos prestidigitadores de la economía tratan de mostrar como decreciente) genera un mundo de pocos superricos y muchos superpobres. Es falso que la riqueza de unos pocos contribuya al crecimiento de la economía, afirma Alfani, y tampoco incentiva a la gente a trabajar. No sirve para nada, concluye. Por su parte Becker advierte que en el obsesivo y delirante afán de lograr la vida eterna y extender su dominio a otros planetas (Marte es el favorito de estos especímenes), los megamillonarios ponen en riesgo la vida en la tierra. Es, según este filósofo, la “ideología de la salvación tecnológica”.

Esta pandilla de superricos comparte la creencia de que la tecnología puede resolver cualquier problema, de que es posible y necesario un crecimiento perpetuo e ilimitado y de que se puede ir más allá de nuestros límites físicos y biológicos. Sus fortunas no los protegen del terror a la muerte, pero caen en el absurdo de creer que con sus millones lograrán vencerla, afirma Becker. Odian las leyes de la naturaleza y tienen un gran desprecio por la experiencia. No la ven como necesaria, dice este pensador, porque creen que ellos son las personas más inteligentes que han vivido, debido a que son las personas más ricas que han vivido. Según Becker, ignoran las experiencias de la historia humana, no las ven útiles para mirar el futuro, “sienten que ellos mismos son los mejores expertos porque tienen gran cantidad de dinero”. Sus visiones de futuro están signadas por el miedo a la muerte (el fin de su omnipotencia) y “si no queremos que los multimillonarios tecnológicos establezcan los términos de la vida de nuestra especie, necesitamos desarmar sus ideas sobre el futuro con las terribles consecuencias de sus decisiones y su panoplia de grietas éticas y fallas científicas”. Cuando se reúnen y sus delirios convergen tenemos lo que se ve en Mountainhead (reciente film de Jesse Armstrong, con Steve Carell, Jason Schwartzman, Cory Michael Smith y Ramy Yusef). Cuatro egos desbordados y psicóticos manipulando al planeta mientras fagocitan sus propias vidas. Más realidad que ficción.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/conversaciones-de-domingo/los-supermillonarios-pueden-terminar-con-nosotros-nid06072025/

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