Ella está en todas partes: desde la etiqueta de un frasco de un dulce hasta un museo. Es inconfundible e inigualable. De tan famosa que se ha vuelto pronto tendrá una sala exclusiva en el Louvre. Es tanta la cantidad de gente que la visita que los espacios no dan abasto para contenerla. Aquí, está emplazada en Rodeo Drive, en Beverly Hills, como lo indica el cartel que parecieran sostener sus manos. Cientos de personas mientras realizan sus compras a lo largo de esta elegante calle que reúne las marcas más sofisticadas se sacan fotos con ella. Leonardo Da Vinci, cuando la pintó hace más de 500 años, es muy probable que no tuviera ni idea de que estaba creando a una de las mujeres más icónicas de todos los tiempos. Gioconda o Mona Lisa, tanto o más magnética que otra mujer bonita retratada en una película también mientras caminaba por Rodeo Drive y atraía a su paso las miradas de todos los transeúntes.