Stream submarino: las sorprendentes criaturas halladas en las últimas dos transmisiones desde el Mar Argentino
El fin de semana el robot SUBastian del Schmidt Ocean Institute realizó sus últimas inmersiones en aguas argentinas, al menos por este año. Durante poco más de dos semanas transmitió en vivo l...
El fin de semana el robot SUBastian del Schmidt Ocean Institute realizó sus últimas inmersiones en aguas argentinas, al menos por este año. Durante poco más de dos semanas transmitió en vivo las exploraciones de uno de los cañones submarinos más imponentes del país.
La misión formó parte de una serie de expediciones que llevaron adelante integrantes del Servicio de Hidrografía Naval, investigadores de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). El objetivo fue profundizar el conocimiento del Mar Argentino y, en particular, de una zona considerada entre las más ricas en biodiversidad del planeta. Ayer se completó el último descenso del SUBastian, que debió acortarse por el mal tiempo. En este momento la tripulación, compuesta por más de 60 personas, entre ellas 25 científicos, regresa al puerto de Buenos Aires para cerrar la expedición.
Silvia Romero, directora del Laboratorio de Dinámica Oceánica del Servicio de Hidrografía Naval y jefa de la misión, describió el área como una “bomba biológica” que se extiende a lo largo de unos 1500 kilómetros del talud argentino. El grupo se concentró en medir distintas variables del agua para entender por qué esta región produce tanto alimento y, al mismo tiempo, absorbe grandes cantidades de dióxido de carbono. A diferencia de la primera campaña, conocida popularmente como el stream del Conicet, en esta ocasión no se recolectaron organismos marinos. Sin embargo, a medida que avanzaban las transmisiones, los científicos decidieron detenerse en algunos puntos para observar de cerca las criaturas que aparecían frente a las cámaras.
Esta es una selección de los hallazgos más sorprendentes del fin de semana.
“Parece celestial”A casi 500 metros bajo la superficie, un ser brillante flotaba en la oscuridad del lecho marino. “Parece celestial, es como una constelación”, comentó Romero durante la transmisión del sábado. El animal parecía una serpiente de agua, casi invisible salvo por los puntos calcáreos que reflejaban la luz del robot submarino.
COSA FLOTANTE Y RARADurante la emisión, los investigadores sospecharon que podría pertenecer al orden Siphonophorae. En realidad, lo que se veía en pantalla no era un solo individuo sino una colonia de pequeños organismos. Esta estructura gelatinosa, parecida a una vejiga llena de gas, les permite regular su flotación y desplazarse impulsándose en el agua.
El enigmaOtra de las imágenes que desconcertó al equipo fue la de una especie de chorizo marino anaranjado con forma de signo de interrogación. Aún no se logró identificar con precisión y, durante la transmisión, fue descripto simplemente como un enigma.
CHORIZO MARINOPodría tratarse de un coral Cirrhipathes spiralis, especie que habita los océanos Pacífico y Atlántico a más de 100 metros de profundidad, aunque el equipo no confirmó esta hipótesis. La morfología del ejemplar y su color intenso llamaron la atención de los observadores del stream, que no lograban determinar si se trataba de un coral o de un organismo completamente distinto.
Gusano de las profundidadesUno de los hallazgos que más cautivó al público fue una estructura alargada y rosada, recubierta por una pelusa fina. A simple vista parecía una rama suspendida en el agua, pero en realidad estaba semienterrada en la arena a unos 500 metros de profundidad. Romero explicó que aquel organismo debía soportar una presión enorme.
CORAL ALARGADODijo que, a tal profundidad, la presión es inmensa y que, para imaginarlo, una puerta colocada a esa altura del fondo del mar tendría que resistir unas 500 toneladas de peso. El comentario sirvió para dimensionar la complejidad de la vida en esas condiciones extremas, donde incluso los organismos más frágiles desarrollan adaptaciones extraordinarias.
Corales tricoloresHacia el final de la transmisión del sábado los científicos encontraron un conjunto de corales de colores violeta, naranja y amarillo. Aunque el objetivo principal de la expedición era tomar muestras de suelo y analizar parámetros oceanográficos, los tonos pastel y las texturas afelpadas de esos corales los obligaron a detenerse.
CORAL MULTICOLORAntes de subir al SUBastian y concluir la que sería la penúltima inmersión, los investigadores dedicaron varios minutos a observar los detalles de esas formaciones vivas que contrastaban con la penumbra del entorno. Los especialistas destacaron que este tipo de hallazgos permiten comprender mejor la función ecológica del talud continental, una zona donde confluyen corrientes frías y cálidas que generan condiciones excepcionales para la vida marina.
Raya pintadaLas rayas no son extrañas en las profundidades del Atlántico Sur, aunque su presencia siempre resulta impresionante. Una de las especies captadas por las cámaras del SUBastian fue la raya pintada, reconocible por sus manchas circulares parecidas a las de un leopardo y por dos marcas alargadas en la parte inferior de la columna que actúan como su sello distintivo. Se trata de una de las doce especies marinas de rayas registradas en aguas argentinas, aunque el país también alberga seis de las 32 especies de agua dulce conocidas en el mundo, especialmente en la cuenca del río Paraná. Los investigadores aprovecharon el hallazgo para recordar la importancia de proteger estos ecosistemas. Las rayas marinas y fluviales son sensibles a la pesca incidental y a los cambios en las corrientes oceánicas, por lo que su estudio ofrece claves sobre el estado general de la biodiversidad marina.
RAYALa expedición del Schmidt Ocean Institute en el Mar Argentino dejó una colección de imágenes únicas y una nueva serie de interrogantes para la ciencia. Cada inmersión aportó evidencia de que bajo las aguas australes existe un universo aún inexplorado donde la vida adopta formas y colores difíciles de imaginar. Aunque la misión llega a su fin, los datos recopilados permitirán continuar el análisis en laboratorios y preparar futuras campañas que ayuden a desentrañar los secretos del talud y sus habitantes invisibles.