Una tendencia preocupante: la participación empató con el mínimo histórico de las PASO en 2021
Con el 93,8% de las mesas escrutadas, las elecciones legislativas nacionales de 2025 dejaron una participación del 67,85% del padrón, un empate con el mínimo histórico de las PASO 2021, aunque ...
Con el 93,8% de las mesas escrutadas, las elecciones legislativas nacionales de 2025 dejaron una participación del 67,85% del padrón, un empate con el mínimo histórico de las PASO 2021, aunque una cifra que marca una leve mejora respecto de los comicios provinciales celebrados los últimos meses. Para unas generales, fue la de menos concurrencia. En total, 23.096.724 argentinos emitieron su voto, sobre un total de 35.981.358 habilitados.
El ausentismo, aunque todavía elevado, superó (como se esperaba) los mínimos históricos que se habían registrado en los comicios desdoblados de 2025. La provincia de Buenos Aires, que concentra más de un tercio del electorado nacional, tuvo una concurrencia del 68,24%, por encima del 61% de las elecciones provinciales de septiembre. Algo similar ocurrió en casi todo el país: la mayoría de los distritos superó el 65% de asistencia, con picos cercanos al 80% en Tucumán y al 75% en Neuquén.
En conjunto, los números parecen confirmar lo que varios consultores preveían: una reactivación parcial del electorado oficialista tras el golpe recibido en la provincia de Buenos Aires semanas atrás. Esa recuperación, explican, podría haber respondido a un voto de último momento motivado por el temor a un avance opositor o por el simple deseo de “equilibrar” las fuerzas en el Congreso. Sin embargo, los analistas creían que una baja concurrencia perjudicaría al Gobierno. Sucedió lo inverso.
El mapa de participación exhibió contrastes marcados entre las provincias. Tucumán se destacó como el distrito con mayor concurrencia, con un 79,5%, seguida por Neuquén (75%), Santiago del Estero (72,2%) y San Juan (71%). En el otro extremo se ubicaron Corrientes (59,7%), Misiones (62,3%), Santa Cruz (64,8%) y San Luis (64,4%).
La Ciudad de Buenos Aires registró un 69,2%, apenas por encima de su promedio histórico en legislativas, mientras que Santa Fe, otro distrito clave, quedó en 63,3%, uno de los niveles más bajos del país aunque muy por encima del 41% de sus legislativas locales. En Córdoba, la participación alcanzó el 65,1%, también por debajo de su media de las últimas dos décadas.
Entre 1983 y 2001, la participación en las elecciones legislativas nacionales se mantuvo cercana al 80%. Después de la crisis de 2001, descendió al 74% y desde entonces no logró recuperar aquellos niveles históricos. Con la introducción de las PASO en 2011, la asistencia volvió a estabilizarse en torno al 79%, pero en 2021 se produjo un quiebre: la concurrencia cayó al 67,8%, el registro más bajo en casi cuatro décadas. Luego hubo una suba a entre 70% y 77% en las tres instancias de las presidenciales de 2023. Ahora, el empate con el mínimo.
La participación en la provincia de Buenos Aires creció respecto del 61% que registró en septiembre, aunque compartió la tendencia a la baja alineada con la media nacional, con niveles que en la mayoría de los distritos oscilaron entre el 65% y el 70% del padrón. En los grandes centros urbanos —como La Matanza (68,39%), Lomas de Zamora (70,44%), La Plata (71,26%), Avellaneda (70,51%) y Quilmes (70,49%)— la concurrencia se mantuvo relativamente alta, consolidando el peso del conurbano bonaerense en el total provincial. Municipios populosos como Almirante Brown, San Isidro, Lanús y Berazategui también registraron cifras por encima del 69%, lo que muestra una leve recuperación respecto de los niveles más bajos observados en 2021.
En el interior provincial, en cambio, la dispersión fue mayor. Mientras distritos como General Pinto (73,8%), General Paz (72,49%), Carlos Tejedor (72,01%) y Alberti (70,99%) alcanzaron los porcentajes más altos de participación, otros como Villa Gesell (56,76%), General Guido (54,16%) y Pinamar (59,07%) marcaron los pisos más bajos. En conjunto, los datos confirman una participación sólida en el Gran Buenos Aires y heterogénea en el resto del territorio, con diferencias entre las zonas rurales y las localidades turísticas o costeras.