Generales Escuchar artículo

Cartas de lectores: La inercia cultural, tratémonos bien, universidad

La inercia cultural La inercia es fácil de entender en la física: un cuerpo en movimiento tiende a seguir moviéndose y uno en reposo a permanecer quieto, salvo que algo lo altere. En la ...

La inercia cultural

La inercia es fácil de entender en la física: un cuerpo en movimiento tiende a seguir moviéndose y uno en reposo a permanecer quieto, salvo que algo lo altere. En la vida social y política, esa misma fuerza también nos gobierna. En lo personal, la inercia se refleja en lo “malo conocido” que parece mejor que lo “bueno por conocer”. Cambiar implica riesgo y, muchas veces, miedo. Como señaló Erich Fromm, la libertad no siempre se vive como alivio, sino como carga: ser libre es elegir y asumir responsabilidad. En la Argentina, la palabra libertad se repite hasta el desgaste. Para algunos significa trabajar en paz; para otros, no ser controlados; para otros, apenas que no les quiten lo poco que tienen. Cada ciudadano proyecta en esa palabra lo que necesita ver, y así el horizonte se vuelve niebla. La confianza, base de la vida en común, se erosiona cuando parece que siempre “se quedaron con el vuelto”. Romper esa inercia no depende de discursos, sino de hechos: coherencia en la vida cotidiana, ejemplo desde arriba y educación en valores. Ese es, tal vez, el verdadero desafío argentino.

Víctor Creatini

DNI 11.257.334

Tratémonos bien

Mi padre repetía un concepto de su madre, mi abuela Catalina, que había nacido en Croacia y se radicó en Tierra del Fuego a principios del siglo 20. ¨Buenas palabras y buenos modales abren puertas principales¨. Siempre tengo presente esta frase y cuanto más poder y razón se tiene, más vigente y conveniente es su aplicación y hace a una mejor comunicación y convivencia. Hoy asistimos, en muchas formas de comunicación, al uso de malas palabras, agresiones, malos tratos y paradójicamente parece normal. Se escucha decir que estas formas llegan, venden, que es la modernidad, es lo distinto. Se analiza si se debe ser moderado o descalificador, tolerante o intolerante, educado o maleducado. Si nos proponemos vivir en una sociedad mejor es necesario que todos estemos unidos y para ello es necesario que en los ámbitos donde interactuamos, familiar, social, laboral y político, etc. nos tratemos con respeto y aceptemos el disenso. Abriendo esas puertas principales encontraremos la libertad, la justicia, la educación el desarrollo y el crecimiento que nuestra Argentina merece.

Jorge Mladineo

DNI 10.962.892

Universidad

A todos estos jóvenes universitarios que gritan y hacen marchas, que invadieron las facultades y degradan todos los días la universidad pública, les comento los sueldos que ganan los rectores, vicerectores y demás ñoquis que ustedes defienden: 3 millones de pesos el vicerrector; 14 rectores nacionales ganan entre 8 y 18 millones de pesos cada uno; otros 35 rectores, entre 5 y 8 millones; subsecretarios, entre 10 y 15 millones. Y como si esto fuera poco, hay más de 800 empleados públicos que cobran entre 5 y 10 millones, y otros 400 entre 15 y 20 millones. Todos estos curros vienen de los gobiernos K, que inundó de gente el estado. Vayan a buscar donde están los fondos que necesitan las universidades. Reaccionen, porque ustedes mismos se están cavando la fosa y a esta generación le va a ser difícil encontrar trabajo, porque degradaron lo que significa estudiar, y además están saliendo pésimos profesionales. Ah, me olvidaba, manden un proyecto para que a los que están hace más de 7 años estudiando no se les conceda más la educación gratuita. Los que trabajamos estamos hartos de mantener toda la lacra que inunda el estado y a los parásitos que se pueden encontrar en universidades, municipios y gobernaciones. Hay algo peor todavía: todos se callan cuando los diputados y senadores se aumentan sus dietas en forma desmedida y con cara de piedra salen a defender a los jubilados. ¿Se puede ser tan hipócrita? Estos señores -si se los puede llamar así- destruyeron las honorables cámaras de diputados y senadores, pobladas ahora de gente ordinaria, maleducada, mucha de ella con más prontuario que currículum. Y lo digo con dolor.

Tengo la esperanza de que en octubre podamos echarlos, por cómplices de la corrupción kirchnerista y por querer romper la democracia, a la que vamos a defender con uñas y dientes.

Luis J. Ramos

Luisjramos1945@gmail.com

Requisitos

En la Ciudad de Buenos Aires, para ser legislador no se exige título secundario; basta con ser ciudadano, mayor de 21 años y tener residencia. En cambio, para trabajar como vigilador privado la ley impone como condición ineludible haber completado los estudios secundarios. Es paradójico que quienes hacen las leyes tengan menos requisitos formativos que quienes buscan un empleo en seguridad privada. Una incoherencia normativa que debería ser revisada en favor de la equidad.

Juan Antonio Ferro

DNI 7.599.151

La historia 17

Según Meta, Homo Argentum es una película argentina que presenta 16 historias cortas e independientes. Me atrevo a decir que lo que vivimos a fines de agosto podría perfectamente ser la historia número 17. Fuimos a pasar unos días a nuestra casa en Mar del Plata, ubicada en una zona residencial sobre la calle Jorge Hernández, muy cerca de los barrios cerrados Rumencó y Arenas. El viernes 29, mi marido salió a caminar con nuestro perro Toby, algo habitual durante años. De regreso, una camioneta atropelló a Toby, que media hora después murió en la veterinaria. Había vivido 11 años con nosotros: compañero, amigo, testigo de la infancia de nuestros hijos. Quien tuvo un perro sabrá entender el dolor que sentimos. Al día siguiente volvimos al lugar. Una camioneta pasó rápido; al pedirle que redujera la velocidad respondió con un insulto. Luego, otros dos vehículos casi nos pasan por encima. Sus conductores ignoraban nuestra tristeza, pero conocían las normas: en Jorge Hernández hay carteles de la velocidad máxima: 25 kilómetros por hora. Es una calle de tierra en zona residencial, donde caminan familias con niños y perros. Pocos la respetan. En el barrio Rumencó: nos dijeron con mucha empatía que no pueden hacer nada, ya que son calles municipales. Los vecinos hemos reclamado miles de veces por reductores de velocidad e iluminación a los entes responsables. Me pregunto, ¿cuántos Tobys deben morir para que nos den respuesta?

María Magdalena Aquino

DNI 23.090.234

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/carta-de-lectores/cartas-de-lectores-la-inercia-cultural-tratemonos-bien-universidad-nid24092025/

Comentarios
Volver arriba