Cayó en San Pablo el hombre que habría drogado y matado al turista argentino en Río de Janeiro
La Policía Civil de Río de Janeiro detuvo en la ciudad de San Pablo a Vítor dos Santos Oliveira como sospechoso de estar involucrado en la muerte del ...
La Policía Civil de Río de Janeiro detuvo en la ciudad de San Pablo a Vítor dos Santos Oliveira como sospechoso de estar involucrado en la muerte del turista argentino Alejandro Mario Ainsworth, de 54 años, cuyo cuerpo había sido hallado en la zona oeste carioca la semana pasada; la captura se concretó en un operativo conjunto. Según la Delegacia de Homicídios da Capital (DHC), el sospechoso fue localizado tras el análisis de imágenes de cámaras de seguridad y de movimientos realizados con las tarjetas del argentino después de su desaparición, indicios que guiaron a los investigadores hasta su paradero en territorio paulista.
De acuerdo con O Globo, agentes de la DHC ubicaron a Dos Santos Oliveira en el barrio Vila Missionária, en la capital paulista, donde se cumplió una orden de prisión temporaria emitida en el marco de la causa; la policía de Río indicó que la muerte de Ainsworth todavía se encuentra bajo peritajes para establecer la causa exacta del deceso. La captura se considera un paso clave en la investigación, aunque el resultado de los exámenes forenses será determinante para definir la calificación legal del hecho y las eventuales nuevas imputaciones.
La reconstrucción preliminar sitúa las últimas horas de Ainsworth en Copacabana. Registros de cámaras muestran que salió de una discoteca acompañado por un hombre durante la madrugada del 8 de septiembre de 2025, alrededor de la 1.45. Más tarde, a las 9.45 de ese mismo día, otra cámara registró al detenido en una estación de servicio, donde se utilizó una de las tarjetas bancarias de la víctima.
Respecto del hallazgo, O Globo precisó que el cuerpo apareció en la Estrada da Grota Funda, en el sector de Guaratiba, durante la madrugada del 9 de septiembre, sin señales de violencia externa, lo que orientó a los investigadores a la hipótesis de una intoxicación asociada a robo. La identidad de Ainsworth recién pudo confirmarse el jueves 11 de septiembre, luego de los trámites de reconocimiento y verificación de datos, ya que, al tratarse de un extranjero, no figuraba en los padrones locales, lo que demoró la confirmación formal.
La línea de investigación principal apunta al método delictivo conocido en Brasil como Boa noite, Cinderela , que consiste en administrar sustancias a la víctima para anular su voluntad y cometer robos posteriores, una práctica que la Policía Civil de Río registró en distintos puntos turísticos de la ciudad. En la Argentina, se conoce esta modalidad delictiva como “viudas negras”.
La investigación también incorporó elementos financieros que la familia reportó desde Argentina. Horas después de la desaparición se registraron retiros por US$ 3500, solicitudes de préstamos por $4.000.000 argentinos y cambios de contraseñas; además, se detectaron consumos con tarjetas en comercios de la zona oeste carioca, operaciones que luego fueron bloqueadas por los bancos a partir del aviso de la familia de la víctima.
Una imagen subida automáticamente a Google Fotos el 9 de septiembre mostraba un auto detenido en un área de vegetación, y el celular de Ainsworth siguió con actividad hasta la noche de ese día antes de dejar de emitir señal, datos que la DHC revisa junto con antenas, patrones de geolocalización y cámaras municipales para fijar los últimos desplazamientos del turista.
O Globo informó que las cámaras de seguridad releídas por la DHC y los consumos detectados con las tarjetas de Ainsworth fueron determinantes para ubicar a Dos Santos Oliveira y solicitar la orden de detención temporaria, a la espera de peritajes toxicológicos y del informe del Instituto Médico Legal para establecer la causa de muerte y el intervalo post mortem con mayor precisión.
Mientras avanza la causa, la Policía Civil mantiene el foco en tres frentes: la prueba toxicológica para ratificar o descartar la modalidad Boa noite, Cinderela; la vinculación pericial entre las transacciones bancarias y el circuito de cámaras urbanas; y la eventual participación de terceras personas en la sustracción de pertenencias o en el traslado del cuerpo hacia Grota Funda, hipótesis que por ahora las autoridades no confirmaron.