Danzaterapia: qué es y cómo el movimiento creativo ayuda a liberar emociones
La danzaterapia es una ...
La danzaterapia es una disciplina que surge a partir de los hallazgos escénicos desarrollados por la bailarina, coreógrafa y danzaterapeuta argentina María Fux (1922-2023), pionera de la danza moderna y de la danzaterapia en nuestro país, que busca conectar al ser con sus posibilidades creativas a través del movimiento. Un método artístico que integra el cuerpo, la mente y el espíritu en pos del bienestar integral.
“Visionaria, Fux consideraba que la danza es una necesidad de dar y encontró una forma de vinculación con la vida que la rodeaba. Fue una artista que danzaba la vida y logró que otros también lo hicieran, logrando que personas que no eran del ámbito de la danza o que no podían acceder tuvieran una oportunidad”, señala Anabel Caeiro, directora del Estudio María Fux y discípula desde pequeña de su creadora.
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También agrega que fue pionera en integrar a personas con discapacidad en sus clases y sus espectáculos. “María hizo que este lenguaje artístico no sea únicamente para personas dotadas, sino que lo convirtió en patrimonio de todos, provocando una transformación social”, continúa Caeiro.
Los estímulos creativos que se brindan en las clases, según explica, permite que los “no” del cuerpo se conviertan en sucesivos “sí”. “Es una acción que se percibe como liberadora, que parte de uno mismo y en donde las potencias creadoras de cada persona se vuelcan en un hacer colectivo”, sigue Caeiro, directora de la Compañía En Cuerpo. Los espectáculos que realizan bajo este método son una forma de recuperar la “corporalidad espontánea”, con una mirada sensible y artística por la vida misma que pone en valor las diferentes capacidades y potencial de cada persona.
“En sus primeras épocas se la denominó danza creativa, pero al ver que su arte provocaba cambios en las personas, en la década del 70 Fux convocó a dos profesionales de la salud para realizar una investigación –sigue Caeiro-. Allí surgió la palabra danzaterapia, sin embargo, María nunca permitió que su disciplina se fundamente con otros términos que no fuesen desde sus orígenes artísticos”.
Si bien existen diversas corrientes, Fux creó este método en la Argentina en los años 40 como “una danza inclusiva, para todas las edades”, que desde sus inicios buscó rescatar las posibilidades de cada uno más allá de las diferencias, uniendo el movimiento a otras disciplinas artísticas.
“Es un método que busca la armonización y equilibrio biopsíquico, con inteligencia en la gestión de emociones. Comprende las situaciones desde la corporalidad, desde la libertad de expresión, con un lenguaje muy acorde a los tiempos actuales. Se trata de recuperar el lenguaje de comunicación desde el movimiento, tan necesario en estos tiempos, donde la corporalidad ha sido desplazada por la exigencia de la vida cotidiana”, amplía por su parte Sonia López, bailarina y danzaterapeuta que también se formó con Fux. Fue su discípula por más de 30 años y hoy continúa su labor.
Además, el método tiene la posibilidad de articularse con profesionales de diferentes áreas, docentes, psicólogos, médicos, psicopedagogos, profesionales del arte como actores, bailarines, artistas plásticos y músicos.
La danzaterapia, detalla Caeiro, posibilita el disfrute por la práctica del movimiento y permite el despliegue de nuevas significaciones sobre objetos comunes. Promueve el aprendizaje de técnicas para la conciencia corporal y rompe con técnicas estereotipadas. Favorece la integración de los individuos consigo mismos y con los otros y enseña a valorar tanto el proceso como el producto del trabajo, alentando a los practicantes a indagar en el presente y en su entorno.
“La práctica consiste en armónicos movimientos corporales estimulando el potencial creativo de cada uno, considerando la gran importancia de expresar emociones postergadas, reprimidas, exigidas en tiempos donde la corporalidad ha sido desplazada por pantallas, el uso abusivo de las tecnologías, alejando del lenguaje natural, de la gestualidad, de vibrar en energía alta y positiva, recuperando el tiempo personal”, sigue López, creadora de la Fundación de Danzaterapia en Argentina (Fundación Sonia López, Danza y Danzaterapia).
La práctica, aseguran las profesionales, aumenta la energía vital, desarrolla el autoconocimiento, la aceptación y mejora lazos sociales; incrementa la seguridad personal y recupera la alegría como motor de vida.
En palabras de López: “Brinda una sensación de libertad, satisfacción, amorosidad, flexibilidad, coordinación, seguridad en toma de decisiones, registro e integración del cuerpo y salud integral, como una herramienta de sanación emocional y física”.
“Pude acompañar a María en su transición a otro plano con sus 101 años. Aprendí de su cuerpo y de su danza en las distintas etapas. Me enseñó que la muerte parece un punto final, pero si dejás algo en los cuerpos de los otros que nunca deja de nutrir la vida, se vuelve continuidad, ese algo es el movimiento”, se despide Caeiro.