Encontraron autos abandonados con un valor incalculable en “una cápsula del tiempo” olvidada hace años
Las imágenes parecen sacadas de una película: autos de competición cubiertos de polvo, trofeos intactos y un Ford GT40 detenido frente a una pared con fotografías de viejas carreras. Así luce ...
Las imágenes parecen sacadas de una película: autos de competición cubiertos de polvo, trofeos intactos y un Ford GT40 detenido frente a una pared con fotografías de viejas carreras. Así luce el museo automotor hallado en Texas, cerrado desde 2014 y redescubierto por el canal de YouTube Stringer Media, especializado en explorar lugares abandonados.
El video muestra una colección que permaneció más de una década sin visitantes: autos de IndyCar y NASCAR, un Shelby Cobra, un Ford Bronco restaurado, cascos, trajes de pilotos y memorabilia de la época dorada del automovilismo estadounidense.
El lugar pertenecía a Tom Mitchell, empresario texano y veterano de Vietnam que en los años 70 fundó el Circle Bar Truck Corral, un complejo con motel, parque de caravanas y museo dedicado a su pasión por los fierros.
Mitchell llegó a comprar equipos completos de competición, patrocinó autos en la Indianápolis 500 y reunió en su propiedad un conjunto de máquinas únicas. Pero tras su fallecimiento en 2014, el museo cerró y la colección quedó bajo llave. Con el tiempo, el lugar se transformó en una cápsula del tiempo: algunos autos permanecen sobre elevadores, otros con neumáticos desinflados o cubiertos por una capa de polvo.
La difusión de las imágenes despertó el interés del público y de los coleccionistas. Sin embargo, este tipo de “descubrimientos” no siempre ocurre por azar. En muchos casos, las filmaciones o notas periodísticas virales que los acompañan forman parte de estrategias de comunicación previas a una restauración o subasta, que ayudan a visibilizar el valor histórico de las piezas antes de que cambien de manos.
Más allá del componente mediático, la colección de Mitchell tiene un valor indiscutible. El Ford GT40, si es auténtico, puede superar los varios millones de dólares en una subasta internacional. Lo mismo ocurre con el Cobra o con los vehículos de competición de su exequipo, que reflejan una etapa clave del automovilismo norteamericano.
Aunque los vehículos estaban bajo techo, el paso del tiempo no perdona. Los especialistas advierten que, tras tantos años sin uso, es necesario realizar una revisión completa: reemplazar líquidos y filtros, controlar frenos, juntas, neumáticos y sistemas eléctricos. La falta de uso puede ser incluso más dañina que el desgaste normal, por lo que cada unidad deberá pasar por un proceso de restauración técnica y estética antes de volver a rodar.
A pesar de todo, el hallazgo del museo texano combina todos los ingredientes de una buena historia: nostalgia, autos icónicos e historia del automovilismo estadounidense.