Todos unidos filmaremos
“¡Que hable! ¡Que hable!”. La multitud se amontona abajo del balcón y el General, acostumbrado al calor de las masas, advierte al vuelo que la gente no pide por él sino por Errol Flynn, el ...
“¡Que hable! ¡Que hable!”. La multitud se amontona abajo del balcón y el General, acostumbrado al calor de las masas, advierte al vuelo que la gente no pide por él sino por Errol Flynn, el astro de Hollywood que está parado a su lado. En 1954, el primer Festival de Cine de Mar del Plata, que ahora mismo cumple cuarenta ediciones allá en la costa, fue el clímax de la política como espectáculo (con ambición refundadora, este año tiene como lema “el renacer del esplendor”). Recién publicado, el libro Cine, estrellas y peronismo, de la historiadora porteña Ela Mertnoff, documenta el vínculo de la industria cinematográfica con el gobierno peronista y deja impresas para el afiche las palabras con las que el Robin Hood de la matinée cedió al pedido del público: “Macanudou, muchachous”.
La multitud se amontona abajo del balcón y el General, acostumbrado al calor de las masas, advierte al vuelo que la gente no pide por él sino por Errol Flynn, el astro de Hollywood que está parado a su lado
Entre el 8 y el 14 de marzo de 1954, el festival de cine copó Mar del Plata: la ciudad había vivido una revolución de balneario aristocrático a capital del turismo popular (en 1940 recibió 380.000 veraneantes; en 1955, 1.400.000). Con Flynn, pero también con Mary Pickford, famosísima entonces como “la novia de América”, y Joan Fontaine, una de las rubias de Hitchcock, junto a Mirtha Legrand, Luis Sandrini, Tita Merello, Hugo del Carril y mil artistas más, Perón se puso los anteojitos tridimensionales para mirar una película de terror. El historiador del futuro diría que era un trailer de lo que se venía. Según Mertnoff, “el festival fue un intento de ‘espectacularizar’ la política en un momento en que la oposición se radicalizaba y se preparaba para dar el golpe que, poco después, pondría fin al gobierno”.
En Cine, estrellas y peronismo se analiza el vínculo entre la industria del entretenimiento y la política: en plena Guerra Fría, y con el gobierno peronista defendiendo “la tercera posición”, Eric Allen Johnston, el presidente de la Asociación Cinematográfica Estadounidense y uno de los autores de las infames listas negras de Hollywood, dijo en la cena de homenaje que le sirvieron en el Plaza Hotel que “ninguno de los grandes inventos modernos sirve tanto a los pueblos como el cine”. Pura propaganda. Perón vio el fenómeno en 3D: destinó enormes inversiones estatales y créditos blandos para filmar películas, así como impuso cuotas de cine nacional en las salas. “Las políticas culturales y de protección a la industria nacional transformaron la relación entre el público, el Estado y las películas”, escribe Mertnoff. La politización del espectáculo provocó rencores y prohibiciones. Si el mito dice que las estrellas que no adherían al peronismo, como Libertad Lamarque o Niní Marshall, no tuvieron cartel y sufrieron el exilio, cuando el golpe de 1955 derrocó a Perón se develó el negativo: ellas volvieron a filmar pero se canceló a Fanny Navarro o Hugo del Carril, que terminó preso. La película siempre es la misma.
“Ningún otro gobierno de la historia argentina había intentado acercarse al mundo del espectáculo con tanta intensidad como lo hizo el peronismo”, concluye Mertnoff. El vínculo fue estratégico, táctico y hasta sentimental, pero acaso no hubo apoyo mayor que el aguante a un amigo en las malas: el balance del primer Festival de Cine tuvo un rojo de 50.000 pesos, el “muerto” que dejó Errol Flynn al abandonar Mar del Plata, lo que perdió una noche de timba en el Casino Central y que terminó pagando el gobierno.
ABCA.El primer festival exclusivo de cine fue el de Venecia, fundado en 1932, y después llegarían los de Locarno, Cannes, Berlín y San Sebastián.
B.En 1954, el Festival de Cine de Mar del Plata fue una gran muestra de películas; cinco años después alcanzó la categoría clase A y se volvió competitivo.
C.El último festival fue en 1970 y estuvo interrumpido hasta 1996, cuando lo recuperó el menemismo. Ahora está celebrando cuarenta ediciones.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/conversaciones-de-domingo/todos-unidos-filmaremos-nid09112025/